Resulta sorprendente pensar que las y los estudiantes llevan ya más de un año tomando clases de manera virtual, lo que se pensaba que duraría solo unas cuantas semanas y sería un gran descanso para algunos docentes y alumnos privilegiados con acceso a internet y un espacio en sus hogares para continuar estudiando, se ha extendido hasta ahora. Definitivamente no ha sido fácil para las y los estudiantes, pues existen artículos que afirman el incremento de efectos psicológicos negativos debido al aislamiento y la exigencia en las clases, sin mencionar la posibilidad de problemas domésticos.
La situación debido a la pandemia por COVID-19 realmente no es la mejor para un regreso a clases 100% seguro, de hecho, por estas fechas (finales de agosto, inicios de septiembre) se está atravesando por un pico en la curva de contagios bastante alarmante debido a la variante delta del virus, y ningún menor de edad está vacunado en México; lo cual hace que se cuestione ampliamente de qué manera se podría garantizar un espacio seguro para las y los niños, considerando que incluso tener agua en una escuela pública es un lujo.
Esta situación tan compleja da pauta a que existan personas tanto en contra como a favor del regreso a clases, y es que es una decisión difícil que depende de cada contexto familiar, por lo que los padres deberán ser muy conscientes de los riesgos, pros y contras.
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